Recordemos que en Junio de 2006 se celebró el referéndum sobre el Estatuto de Cataluña. Un auténtico hito en la construcción de la nueva Hispanistán, una nación de naciones. El Estatuto catalán es un paso más en el reforzamiento de la democracia hispanistaní, que consiste en distinguir a los ciudadanos según el territorio de nacimiento. La andadura que ya se inició en su día con los fueros asignados a los nacidos en los territorios vascos y navarros, sigue ahora con los territorios catalanes.
El referéndum fue un éxito, según dijo Maragall, entonces Presidente de la Generalitat y ello debe agradecerse al Gobierno socialista de ZP, el cual dejó para la Historia constancia de su gran victoria, con la frase "la España autonómica avanza". Victoria a la que él y su Gobierno dedicaron su primera legislatura, lo que no debe extrañar para algo tan vital para el bienestar de los ciudadanos.
El 73% de los que votaron dijeron que sí al Estatuto. Eso sí, un 50% de los cinco millones de posibles votantes, no votó. Gente que no quiso participar en el evento, ciudadanos que quizás no comprendieron bien las ventajas de la democracia hispanistaní y sus diferenciaciones de los individuos según territorios. Por eso conviene recordar el acontecimiento, para que algunos no digan después que no sucedió. La Gran Hispanistán sigue su marcha triunfal y aunque muchos son los que dicen que está arruinada, eso sólo es si nos fijamos en las cifras groseras de endeudamiento y producción y venta de bienes.
La riqueza de Hispanistán está en sus 18 gobiernos, sus inmersiones lingüísticas, sus nacionalismos, su inmigración incontrolada y en los nuevos estatutos que irán surgiendo siguiendo el hilo de los fueros vascos, navarros y catalanes, lo que por otra parte, no puede ser de otra manera, ya que no hay en Hispanistán territorio que no sea histórico y a ninguno se debe despreciar. La dedicación a la captación de capital e inversiones y la producción de riqueza es para países vulgares, no para los que son Nación de Naciones como Hispanistán.
El referéndum fue un éxito, según dijo Maragall, entonces Presidente de la Generalitat y ello debe agradecerse al Gobierno socialista de ZP, el cual dejó para la Historia constancia de su gran victoria, con la frase "la España autonómica avanza". Victoria a la que él y su Gobierno dedicaron su primera legislatura, lo que no debe extrañar para algo tan vital para el bienestar de los ciudadanos.
El 73% de los que votaron dijeron que sí al Estatuto. Eso sí, un 50% de los cinco millones de posibles votantes, no votó. Gente que no quiso participar en el evento, ciudadanos que quizás no comprendieron bien las ventajas de la democracia hispanistaní y sus diferenciaciones de los individuos según territorios. Por eso conviene recordar el acontecimiento, para que algunos no digan después que no sucedió. La Gran Hispanistán sigue su marcha triunfal y aunque muchos son los que dicen que está arruinada, eso sólo es si nos fijamos en las cifras groseras de endeudamiento y producción y venta de bienes.
La riqueza de Hispanistán está en sus 18 gobiernos, sus inmersiones lingüísticas, sus nacionalismos, su inmigración incontrolada y en los nuevos estatutos que irán surgiendo siguiendo el hilo de los fueros vascos, navarros y catalanes, lo que por otra parte, no puede ser de otra manera, ya que no hay en Hispanistán territorio que no sea histórico y a ninguno se debe despreciar. La dedicación a la captación de capital e inversiones y la producción de riqueza es para países vulgares, no para los que son Nación de Naciones como Hispanistán.
3 comentarios :
La democracia hispanistani no solo diferencia a la gente por territorios. También por lo que hablen. Si eres catalán de antepasados catalanes y hablas catalán, eres ciudadano de primera. Si resides en Catalunya pero no eres de antecedentes catalanes pero hablas catalán eres ciudadano de segunda. Si resides en Catalunya y no eres de antecedentes catalanas y no hablas catalán, eres ciudadano de tercera. Si no resides en Catalunya y hablas en español, o eres un turista a quien sacar la pasta o eres un enemigo de la gran nación catalana. Y así.
Pero si los nacionalistas son lo más hispánico y cañí que hay, con sus folclores de los antiguos Coros y Danzas franquistas elevados a categoría política. Llega un invitado ilustre y le meten una doblada de chistu y tamboril que te cagas, con baile de aurresku incluído. Y la sardana, bueno, eso es la releche. Y cuanto más soponcio y aburrido es, más caña. Porque por lo menos las sevillanas o las jotas o las isas canarias tienen su gracia.
Pues en Vasconia, Moncho, es la releche. Puedes ser vasco como yo, de generaciones, vamos, que debo descender de un pedrusco del monte Aralar, y si el nacionalismo te da diarrea, encima tienes que aguantar lecciones de vasquismo de maketos y mestizos reconvertidos a la nueva religión. Vamos, que el negro-negro de Arzallus es más vasco que yo si es nacionalista. Manda carallo, que dicen los gallegos. Que allí andan más o menos en lo mismo. Y allí ha gobernado mucho tiempo el PP. Y en Valencia, idem de idem. El nacionalismo se ha metido por todas las rendijas. Estamos perdidos.
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