Para encontrar empleo en tiempos de crisis, no hay nada como los contactos, familiares, amigos… , es decir, un buen enchufe. España siempre ha sido un país de enchufes y enchufados, pero con la crisis, más. Incluso un estudio de Randstad llega a la conclusión de que un 45% de los que buscan empleo confian en sus conocidos para lograr un empleo.
Hay mucha competencia para conseguir un empleo y las empresas tienen en cuenta las recomendaciones y contactos. Ni formación, ni talento y ni siquiera suerte, dicen en Randstad. Muchas ofertas de empleo no llegan ni a publicarse sino que se cubren por el boca a boca.
No es difícil imaginar lo bueno que es que la recomendación sea de cargos políticos sobre todo si la empresa es habitual suministradora de servicios a las Administraciones. Tampoco es difícil de imaginar la cantidad de gente que se habrá colocado en empresas públicas del Estado, de las Autonomías o de los Ayuntamientos, merced a sus enchufes políticos.
No digamos nada si se trata de plazas para profesores de Universidad. Recuerdo un informe de la revista Nature, ya de 1998, donde hablaba del amiguismo y endogamia existente en las Universidades españolas.
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