Cuando ADOLF HITLER celebraba su 50 cumpleaños, los pelotas del régimen le regalaron una colección de PARTITURAS originales de Richard WAGNER, su compositor favorito. Pagaron por ellas un millón de marcos.
Casi al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando las cosas tornaban muy mal para Alemania, la mujer de Wagner se ofreción a Hitler para llevar las partituras a un lugar seguro. Hitler le respondió que ya las había escondido él en un sitio muy seguro. Tan recóndito era el lugar donde Hitler había ocultado las partituras, que aún no se sabe donde están.
Visto en:
http://roadtickle.com/5-little-known-facts-about-world-war-ii/
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