El Banco de España descarta una salida rápida del lío inmobiliario, según publica el diario Expansion refiriéndose a una declaraciones del Gobernador del Banco, MAFO y en un reciente informe de Bankinter, se estimaba que la vivienda aún tendría cierto recorrido hacia la caída de precios al menos durante uno o dos años.
Mientras desde el Banco de España se pide a las Autonomías y Ayuntamientos que colaboren a reducir el déficit, tal como está intentando hacer a nivel de Estado el Gobierno, se ha sabido que en el ranking que elabora el Fondo Económico Mundial, España ha perdido competitividad fuertemente en éstos años, pasando del puesto 23 en 2004 al 42 en 2010, lo que muy grave: una caída de 19 puestos. MUY GRAVE.
A éste respecto, Juan Velarde, en un articulo de ABC pone el dedo en la llaga del problema en un artículo que titula “La falsa solución”, destacando lo que ya otros analistas han dicho, que España tiene un problema de oferta, de que sus productos y servicios sean competitivos y que estimular la demanda, el consumo interno, en una economía globalizada, sólo conduce a aumentar las importaciones y el endeudamiento externo. Y no hay que olvidar que la deuda externa neta de los españoles es del orden de los 800.000 millones de euros, una barbaridad.
Explica Juan Velarde muy bien la cuestión: “Porque nuestra crisis se debe esencialmente a que hemos montado un aparato productivo carente en su conjunto de competitividad internacional, al mismo tiempo que también creábamos una economía extraordinariamente abierta al exterior. Ambas cosas no pueden coexistir, y si se intenta, como se hizo con fuerza, desde 2004 a 2007, se logra tal cohabitación gracias a un endeudamiento exterior colosal, porque el ahorro interior no es capaz de financiarlo. Y si espantamos las inversiones a largo plazo, las IDE, con medidas como el impuesto de sociedades o la realidad del mercado de trabajo, el panorama empeora. Por tanto, si aumenta el consumo, el endeudamiento exterior por fuerza crece, al proyectarse desde una economía abierta”.
Y es que con euros en los bolsillos, moneda fuerte, la gente tiende a consumir productos que vienen importados de China y otros países asiáticos. Las fábricas aquí dejan de fabricar esos productos, sean zapatos, textiles u ordenadores y cierran. Y esos países asiáticos van haciéndose los reyes de esos mercados.
Evidentemente, no se trata de volver a la autarquía y al lema de consumir sólo productos españoles, en primer lugar, porque muchos de los productos demandados por los consumidores, ni se fabrican aquí y porque existe una globalización, como bien se observa con Internet.
Como apunta Velarde, la salida es el incremento de la renta de los españoles gracias a crear actividades de bienes y servicios fuertemente competitivos en otros mercados. Pero para ello hacen falta reformas estructurales de verdad tanto en el campo económico como en el político, y hacer esas reformas, como suelo decir, es más difícil que hacerle la cera al hombre lobo.
Chiste publicado en El Economista y visto en:
1 comentarios :
Las reformas son difíciles porque no hay voluntad política. Temen el lío que armarían los aparatos de los sindicatos, que no los afiliados.
Los españoles sabemos que las reformas son necesarias, y en principio serían dolorosas, pero servirían para mejorar y sentar las bases de un futuro más próspero.
A nadie le gusta entrar en un quirófano, pero todos lo hacemos cuando el médico lo decide.
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