Una de estupidez: un
hombre salta a la jaula de los tigres en el Zoo de Nueva York el 24 de septiembre de 2012. Un agente
inmobiliario, D.V., visitaba el Zoo a bordo de un tren elevado que recorre el
recinto para ver desde arriba a los animales. Cuando estaba sobre la zona de
los tigres siberianos, dice que sintió un gran deseo de acariciarlos y saltó
del tren. En cuanto tocó el suelo, un tigre siberiano se acercó y el hombre lo
acarició. La respuesta del tigre fue morder el pie del intruso y arrastrarlo
con fines devoradores.
Los servicios de
seguridad del Zoo intervinieron rápido y lograron rescatar vivo al acariciador
de tigres, que hubo de ser ingresado de urgencias para curarle la grave
mordedura del pie. Si no es por la
intervención de los expertos del Zoo, D.V. hubiera sido destrozado por los
tigres.
Hay que tener en cuenta que el tigre siberiano es el animal más
peligroso y mortífero después del elefante africano y el oso pardo o el oso
siberiano. Un macho adulto puede alcanzar más de tres metros de largo, aparte
de otro metro de cola.
Lo que hizo D.V. fue
entrar en territorio tigre y por bien alimentados que estén esos animales en el
Zoo, atacarán a cualquier intruso que penetre en su meado y marcado territorio.
Incluso un grupo de perros chihuahua lo harían, aunque con consecuencias menos dramáticas.
Si D.V. hubiera
muerto, sin duda hubiera ganado el premio Darwin del año que se concede al que
muere a raíz de acciones estúpidas que él mismo provoca. Esos premios
consideran que esas personas mejoran la especie, al eliminarse a sí mismas con
estupideces. De momento, aparte de recuperarse de la lesión en el pie, tendrá que hacer frente a la demanda que el Zoo ha presentado contra él por vulnerar los términos acordados durante la visita: no alimentar a los animales.
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3 comentarios :
Cuanto mal hacen los documentales de las dos...y los dibujos animados.
Y si resulta que le fallaba la vista y creía que eran peluches?
Por cierto, para el premio Darwin competiría con Rajoy y Juan Carlos.
Total...por un pié. Si se lo hubiera comido entero aún el Zoo podría haber reclamado a la viuda.
Cómo es la gente por Dios!
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