Falso vibrador femenino mortal

El caso del falso vibrador femenino mortal le sucedió a una mujer, Holga, una norteamericana que tenía novio y era feminista militante. Un día recibió un paquete por correo que era un objeto que su novio había pedido a través de Internet. Estaba sola y observó el cacharro. Era cilindrico, algo mayor que un puro y venía con pilas adjuntas.

Holga supuso que su novio había pedido un vibrador para que ella jugase con él. Ni corta ni perezosa, introdujo las pilas en el aparato y se tendió en la cama de su dormitorio. Se introdujo el supuesto vibrador en la vagina y apretó el botón que lo ponía en marcha. A los pocos segundos, estaba muerta.

Lo que había puesto en marcha la mujer era un descargador de alto voltaje de autodefensa. Su novio había pedido un aparato defensivo para que ella lo llevase en su bolso por si sufría un ataque de algún violador o algo similar. Al ponerlo en funcionamiento en su interior, Holga recibió miles de voltios de descarga que fueron directamente por dentro de su cuerpo hasta el corazón y lo paró.

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