El horroroso crimen del matrimonio
holandés ocurrió en Murcia (España). El 13 de Mayo de 2013 llegaron procedentes
de Holanda al aeropuerto de Alicante la pareja Ingrid y Lodewijk. De allí se desplazaron
a la provincia adyacente en un coche alquilado y en la capital Murcia se
hospedaron en un hotel. Ingrid tenía una cita en una clínica privada de
fertilidad y no se presentó. Alguien de dicha clínica, extrañada por saber que
habían volado hasta España para eso, llamó a la familia de Ingrid que estaba en
Holanda. Nadie sabía nada de ella. Decidieron presentar una denuncia por
desaparición.
La policía comenzó a
investigar el caso y encontró el coche alquilado por el matrimonio holandés en
las inmediaciones del hotel. Lo habían aparcado allí y allí seguía. Por tanto,
no lo habían usado para desplazarse. Por lo que se planteaban dos hipótesis: o
habían sido secuestrados o se habían ido a algún lugar con algún conocido.
INVESTIGACIONES:
Las investigaciones
policiales llevaron a una pedanía de Murcia, una casa situada en la zona de
Molina de Segura, en El Fenazar. Había sido alquilada al dueño durante dos
semanas por un español. La casa no presentaba a simple vista nada anormal pero
las pruebas químicas que realizó la policía indicaron que allí había habido
sangre por todas partes. Se había limpiado pero había dejado abundantes huellas
a los reactivos.
Interrogaron al hombre que había
alquilado la vivienda que incurrió en contradicciones y finalmente les indicó
donde estaban los cadáveres del matrimonio holandés: enterrados en una finca de
limoneros. La policía fue a dicha finca y allí aparecieron los restos de los
asesinados.
EL CRIMEN:
El hombre, Lodwijk, había
sufrido fuertes torturas antes de morir. Tenía la mandíbula rota a golpes y le
habían arrancado los dientes. Una vez que los mataron, les decapitaron y les
cortaron los brazos y las piernas y todos los restos fueron metidos en bolsas y
enterrados en la mencionada finca de limoneros.
Las posteriores
investigaciones policiales llevaron a Valencia, donde fueron detenidos dos
rumanos, Constantin Stan y Valentin Ion, como sospechosos de haber llevado físicamente
a cabo los asesinatos, quizás contratados por el español que alquiló la
vivienda de El Fenazal y que llevó hasta allí a la pareja holandesa.
El español detenido como
sospechoso de estar implicado es Juan Cuenca, que fue director deportivo del
Club de Voleibol de Murcia 2005. Se da la circunstancia de que la asesinada
Ingrid era una jugadora internacional de voleibol y había jugado años antes en
equipos murcianos. O sea, que Juan Cuenca e Ingrid se conocían de antes.
La policía estima que entre
el español detenido y el matrimonio holandés podía existir algún negocio
compartido y que las desavenencias entre ellos pudo conducir a que el español
decidiera matarlos como venganza. Porque parece evidente que había contratado a
dos sicarios rumanos y les había llevado a la casa de El Fenazal, donde fueron
asesinados los dos holandeses.
EMBARAZADA:
La autopsia de Ingrid
comprobó que ella estaba embarazada de unas seis semanas. Cabe suponer que había
seguido algún tratamiento de fertilidad en la clínica murciana y que pensaba
acudir a una revisión del embarazo. Pero el caso es que la visita a la casa de
El Fenazal se interpuso en su camino trágicamente.
Habían llegado, ella y su
esposo, el día 13 de Mayo. Y el día 17 se les dio por desaparecidos y se inició
la búsqueda. Los residentes holandeses en Murcia, que son numerosos,
colaboraron activamente en divulgar la imagen de la pareja. Pero la realidad,
como se ha sabido después, es que ya habían sido asesinados. Ingrid Viser era muy conocida en Holanda como jugadora de voleibol.
SALVAJE PERO ESTÚPIDO:
El presunto asesino de la
pareja holandesa, Juan Cuenca, se mostró como un salvaje pero también como un
estúpido. Solicitó a una amiga suya que acompañara a los dos holandeses hasta
la casa de Molina de Segura. Y después, la llamó para pedirle que le llevara
una sierra radial y cal viva. Ella lo hizo así. Afirma que no sospechó nada
raro hasta que se enteró que la pareja holandesa estaba desaparecida. Fue días después de haberlos acompañado ella hasta la casa.
De manera que la mujer ató
cabos y fue a la policía a contar que ella había llevado a los dos holandeses
hasta esa casa en el campo a petición de Juan Cuenca. Aunque ya no pudo
evitarse la salvajada cometida en aquella vivienda al menos se puedo pillar al
organizador de la trampa.
Por cierto que Juan Cuenca
declaró ante el Juez que el empresario Lifante, el que se había hecho cargo del
club CAV de voleibol de Murcia, estaba implicado en la organización del hecho
delictivo pero este lo ha negado afirmando que Cuenca le tiene animadversión y
que intenta implicarle en el horrendo asesinato. Añade Juan Cuenca, en su día, quiso
vender una cantera que es propiedad de Lifante.
QUEJAS DE LA FAMILIA DE INGRID:
Una portavoz de la familia de Ingrid ha manifestado que le parece demasiado atroz que se publiquen detalles del crimen, como que la deportista estaba embarazada cuando aún no lo sabía su familia o que haya que leer como estaban torturados y desmembrados. Por mi parte creo que el público ha de conocer la brutalidad de los hechos. Es un crimen con ensañamiento y no contarlo sería rebajar la gravedad de los hechos ante la opinión pública.
MOTIVOS DEL CRIMEN:
Juan Cuenca debía bastante dinero a Ingrid y además tenía una sociedad a medias con la otra víctima, la pareja de Ingrid. La sociedad tenía la sede en Gibraltar. Según esto, al matar a ambos, la deuda quedaba liquidada y quedaba como socio único de la sociedad conjunta. Para ello habría contratado a los dos rumanos a los que pagó mil euros para que le libraran de los holandeses.
EL JUICIO:
En Octubre de 2016 comienza el juicio contra los acusados. Ion, reconoce ser el asesino contratado por Cuenca. Les fue masacrando las cabezas a golpes hasta que las víctimas murieron.
LA SENTENCIA DEL JURADO:
OTROS ASUNTOS RELACIONADOS CON EL CRÍMEN:
QUEJAS DE LA FAMILIA DE INGRID:
Una portavoz de la familia de Ingrid ha manifestado que le parece demasiado atroz que se publiquen detalles del crimen, como que la deportista estaba embarazada cuando aún no lo sabía su familia o que haya que leer como estaban torturados y desmembrados. Por mi parte creo que el público ha de conocer la brutalidad de los hechos. Es un crimen con ensañamiento y no contarlo sería rebajar la gravedad de los hechos ante la opinión pública.
MOTIVOS DEL CRIMEN:
Juan Cuenca debía bastante dinero a Ingrid y además tenía una sociedad a medias con la otra víctima, la pareja de Ingrid. La sociedad tenía la sede en Gibraltar. Según esto, al matar a ambos, la deuda quedaba liquidada y quedaba como socio único de la sociedad conjunta. Para ello habría contratado a los dos rumanos a los que pagó mil euros para que le libraran de los holandeses.
EL JUICIO:
En Octubre de 2016 comienza el juicio contra los acusados. Ion, reconoce ser el asesino contratado por Cuenca. Les fue masacrando las cabezas a golpes hasta que las víctimas murieron.
LA SENTENCIA DEL JURADO:
El 28 de Octubre de 2016, el jurado considera al rumano Stan como inocente en el asesinato y sólo encubridor. Los condenados son Juan Cuenca, primero a la izquierda de la foto anterior y el rumano Ion, el primero a la derecha.
Tampoco consideran que estuviera implicado Serafín de Alba, el dueño del solar de limoneros donde fueron enterrados los cuerpos de la pareja holandesa descuartizada. La acusación particular de la familia de la pareja holandesa ha manifestado que recurrirá este resultado.
OTROS ASUNTOS RELACIONADOS CON EL CRÍMEN:
Uno de los avisos que circularon cuando se supo que estaban desaparecidos. Pero ya habían sido asesinados. Ambos fueron torturados. Ella presentaba muchos golpes en el cuerpo y quemaduras. El hombre tenía la mandíbula rota y le habían arrancado los dientes. Fueron decapitados con una sierra radial y desmembrados con ella a continuación. Todo lo desarrollado en el lugar del crimen debió ser propio de una película de terror.
Lifante, el empresario que se hizo cargo del club de Voleibol donde jugó Ingrid dice estar asustado. Denunció al presunto instigador del crimen Juan Cuesta en su día porque había vendido una cantera de mármol propiedad de la familia de Lifante falsificando la firma de éste. Dice que dio trabajo a Juan Cuenca en el club de Voleibol en 2008 porque se lo pidió ya que estaba sin trabajo. Primero entró a hacer trabajos de poca monta pero después, como hablaba inglés y servía para relacionarse con las jugadoras extranjeras, Cuenca fue medrando hasta llegar a ser delegado del club. Lifante lo define como un hombre muy mentiroso.
Lifante posa ante una foto mural donde el equipo de Voleibol del que se hizo cargo en 2005 posa para festejar un triunfo deportivo. Actualmente manifiesta estar arrepentido de la decisión que tomó de hacerse cargo de ese club de Voleibol. La cosa acabó en desastre económico.
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