Bien visto, los ateos son prudentes. Los que creen en dioses
pueden estar rezando al Dios equivocado y entonces empeoran su situación. Porque
en el mundo son adoradas muchas divinidades pero no todas pueden ser ciertas
dada la disparidad existente entre los textos religiosos que dicen estar
emanados de tales dioses. Sobre todo en las religiones monoteístas, que adoran
a un único Dios, no cabe componendas.
O es cierto el judaísmo, o lo es el cristianismo, o lo es el
islamismo o lo es hinduismo, por citar algunos. Si existiera de verdad Jehová
judío, si tú estás rezando a otro Dios, te estás equivocando seriamente y
enfurenciéndole. Y asi con las restantes deidades. Como los ateos no rezan, por
lo menos no enfurecen tampoco a ninguno de los dioses que sean erróneos.
Fue el monoteísmo, la aparición de dioses que se decían únicos
y auténticos los que generaron el gran peligro de rezar al equivocado. En la antigüedad
era habitual el politeísmo. En la antigua Grecia los dioses principales del
Olimpo eran doce, presididos por Zeus. Y había otros menores. La gente le pedía
algo al que estimara más oportuno pero no lo consideraba único y los demás no
se enfadaban.
Además se basaba en la lógica de seguir a un Dios para
obtener algo. Dinero, salud, éxito, lo que fuera. Y si se veía que ese Dios no
lo concedía, no respondía, pues se pasaba a rogar a otro y así. Y si no se
obtenía de ninguno, pues se dejaba de seguir a todos y a otra cosa.
Después vino el Imperio romano y los dioses griegos
cambiaron de nombre pero prácticamente siguieron siendo los mismos, presididos
por Júpiter (el antiguo Zeus). Pero los romanos no tenían problema en levantar
templos a cualquier otro Dios venerado en alguno de los países que incorporaban
al Imperio. Los dioses podían ser ilimitados.
Sólo con el monoteísmo, iniciado por los judíos con su Jehová,
surgió el fanatismo de la exclusión de las restantes deidades. Comenzaron las
luchas religiosas en nombre del único dios verdadero. Incluso dentro de cada
región monoteísta surgieron grupos con normas que decían ser las auténticas
dictadas por ese Dios. Las guerras de religión entre católicos y protestantes
en Europa, por ejemplo, fueron continuas. Incluso actualmente siguen muy
activos los islamistas, que dicen que Alá es el único Dios verdadero. Y emplean
profusamente el hombre bomba para matar no creyentes.
Hay que ser muy osado y atrevido para proclamar la
existencia de un único Dios. De existir la deidad, puede haber cientos de
dioses y todos ellos furiosos contra los que adoran a uno único y desprecian a
los demás. Por eso decía al comienzo que los ateos practican la prudencia no
rezando a ninguno. Gracias a eso no han podido protagonizar ninguna guerra de religión en nombre de ningún Dios que no existe.
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1 comentarios :
Por fin podemos comentar con el sistema antiguo...
Mira, en eso le doy la razón al ateo, como uno nunca sabe, mejor rezar por si acaso jajajaja
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