Si uno se pregunta que es
muslamen, muslazos y pantorras descubre que sólo la primera acepción, la de
muslamen está recogida en el diccionario de la Academia de la Lengua Española. Lo
define como “muslos de una persona, especialmente de una mujer”. Y el muslo lo
describe como “parte de la pierna que va desde la cadera hasta la rodilla”.
Después de exhaustivas investigaciones de sociología he comprobado que muchos hombres exclaman
a la vista de ciertos muslos femeninos que vaya muslazos o vaya pantorras. Es raro que
no se recojan estas expresiones en el diccionario. Puede razonarse que muslazo
sería más bien un golpe dado a alguien con el muslo como puñetazo es un golpe
dado a alguien con el puño. Pero ese golpe con el muslo existe, aunque sea
golpe visual. El hombre recibe un impacto visual cuando una mujer muestra sus
muslos de forma notoria, sobre todo si son consistentes y airean curvas.
Las pantorras tienen un
alcance mayor, ya que se refieren a las piernas completas. Son las piernas
macizas y con curvas que pueden llegar a tener algo de basto pero excitante de
los instintos masculinos.
Las piernas femeninas ganan
en erotismo cuando son expuestas al espectador en escorzo, es decir, cuando se
muestran en posición inclinada o perpendicular a la visual del que mira. Da una
mayor sensación de volumen. Los muslazos bien expuestos son una especie de
quinta esencia de la provocación.
Mostrar el muslamen en escorzo, en dirección hacia el olbservador como esta foto, siempre produce más impacto en el subconsciente masculino. Es más enervante.
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