Untar los traseros con pimienta y después echar una carrera de obstáculos es un deporte demencial y escocido: se
practica en un programa de mucho éxito en la televisión de Japón. Tiene algo de
cómico y de diabólico. Los concursantes se ponen en la línea de salida como en
cualquier otra prueba deportiva de velocidad. Pero llevan unos trajes
especiales que dejan sus nalgas y el tercer ojo al aire. Los jueces espolvorean
pimienta en esas partes y ese es el comienzo de la prueba.
Los corredores salen
rápidamente como en cualquier otra carrera, cada uno por su calle, pero el
orden sólo dura unos segundos. De repente, después del primer salto de valla, cuando la pimienta empieza a
convertir su trasero en un infierno se fuego, cada corredor empieza a
descontrolarse. Se retuerce, anda de lado, hacia atrás, haciendo frente al
escozor que comienza a sufrir entre sus nalgas. Todos parecen convertirse de repente en zombis que deambulan por la pista sin saber a donde van.
Observar los gestos de dolor inhumano de los corredores al pasar sobre uno de los obstáculos
Pero el sufrimiento no ha
hecho más que empezar. Han de pasar el obstáculo de la valla longitudinal. Han
de recorrerla a lo largo arrastrando sus nalgas sobre ella. Las nalgas
ardientes pimentosas se restriegan sobre el abrasivo vértice longitudinal. Las
caras de los participantes hablan claramente del dolor que padecen. Cada
movimiento es como si les estuvieran atizando el culo con brasas ardientes.
Superado ese infierno, queda
el del recorrido en bici con sillín vertical. Viene a hollar aún más el trasero
abrasado. Finalmente, otra carrera hasta la meta. Alguno logra llegar hasta la cinta que marca el final pero se
desploma a un metro de la misma incapaz de soportar más ardor en el culo.
Una vez cruzada la línea de meta, en el pedestal destinado al vencedor, lo que hay es un asiento bajo, tipo bidé, donde al sentarse sale un chorro de agua vertical que refresca el infierno del trasero.
Una vez cruzada la línea de meta, en el pedestal destinado al vencedor, lo que hay es un asiento bajo, tipo bidé, donde al sentarse sale un chorro de agua vertical que refresca el infierno del trasero.
La escena final, del ganador disfrutando de la gloria del chorro de agua mientras otros jugadores, derrotados, yacen en el suelo retorciéndose de dolor, es digna de verse.
A continuación pongo el
video de uno de estos eventos, que es digno de verse. He relatado los hechos
por si acaso el video fuera borrado o no estuviera disponible en algún momento.
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