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Reconstrucción disparos Oswald: asesinato Kennedy

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La reconstrucción de los disparos de Oswald que produjeron el histórico asesinato de Kennedy fue hecha por la Comisión Warren, que investigó el crimen y dictaminó que había sido obra de un pistolero solitario único. La prueba se realizó con el mismo rifle que perteneció a Oswald. La Comisión Warren decidió que era necesario hacer esa reconstrucción ya que se planteaban razonables dudas de que todo aquello fuera producto de la acción de un único tirador.

En la página 111 del informe, la Comisión describe dicha duda: “El mayor motivo de dudar viene del primer disparo fallado. En un índice para pensar que es improbable que el mismo tirador que acertó de lleno dos veces a Kennedy en movimiento fuera tan inexacto en su tiro, no dando ni siquiera al gran automóvil”.

Como se sabe, la primera bala disparada supuestamente por Oswald pegó en el asfalto, rebotó e hirió a un espectador. Es algo que causa perplejidad, por cuanto el primer tiro cuenta con el factor sorpresa y se tiene tiempo para apuntar a placer. No darle ni a la carrocería del vehículo es un fallo muy notable incluso para un tirador mediocre.

La Comisión Warren buscó a tres tiradores de élite de cualificación reconocida. Se les entregó el mismo rifle Carcano con mira de cuatro aumentos incautado en el lugar de los hechos y perteneciente a Oswald. Se les colocó sobre una torre de unos 30 metros de altura, más o menos la del sexto piso del almacén de libros desde el que se estima se disparó contra el presidente norteamericano. Y abajo y en frente se les colocaron blancos estáticos donde se veían siluetas de una cabeza y hombros de una persona.

La prueba no se ajustaba a las condiciones reales, ya que en la realidad, la cabeza de Kennedy no estaba estática: no sólo se movía el vehículo que lo transportaba sino que el presidente también se movía algo en el asiento. Pero así es como lo hizo la Comisión.

Disparos de prueba con mira telescópica:
Los tiradores cualificados dispararon cada uno hasta 18 veces sobre los blancos estáticos situados a unos ochenta metros de distancia, usando el rifle Carcano de Oswald y su mira de cuatro aumentos. Apuntando a través de la mira y disparando lo más rápido que podían, para no superar los ocho segundos en tres tiros consecutivos. En ninguna ocasión lograron hacer blanco. Las desviaciones de los tiros fueron grandes en algunas ocasiones.

Rifle Carcano de Oswald. La mira telescópica de cuatro aumentos está montada lateralmente. Se puede apuntar empleando dicha mira o hacerlo directamente apuntando sobre el hierro del cañón del arma. Es manual, de cerrojo de cuatro tiempos. Oswald lo compró por correo por unos 20 dólares con la mira incluida. 
Disparos de prueba sin mira telescópica:
Ante el fracaso, el FBI estimó que la mira del rifle estaba mal alineada por lo que no se podía hacer blanco apuntando con dicha mira. Decidieron hacer la prueba con los tiradores apuntando directamente sobre el hierro del cañón del arma, sin usar la mira.

De tres series de disparos realizados por los tiradores cualificados, en una ocasión hicieron blanco en el cuello y la cabeza. De esto, la Comisión Warren dictaminó que aunque era difícil, era posible y que Oswald habría disparado sus certeros disparos apuntando sobre el cañón del rifle y no con la mira del mismo.

La Comisión obvió que Oswald tuvo que hacer blanco en la cabeza del presidente a una distancia de unos 140 metros, con la cabeza moviéndose y casi pegada a la cara de su esposa, Jacqueline, que en ese momento estaba muy próxima intentando ver que le sucedía a su marido, que se había llevado las manos a la garganta de resultas del balazo anterior que había recibido.

Tampoco se plantea la Comisión el porqué llevaba Oswald la mira colocada si no pensaba emplearla para apuntar. Sólo era un engorro a la hora de disparar apuntando sobre el cañón del arma. Cabe suponer que Oswald habría disparado antes con ese arma para familiarizarse con ella y se habría percatado de que la mira no estaba bien ajustada. Aparte de que sin mira telescópica, a esa distancia, las cabezas del coche se verían muy juntas unas de otras.


Esquema del efecto de la bala que entró en la cabeza de Kennedy. Fragmenta el cráneo y eleva la presión de la masa encefálica haciendo que salga despedida parte de esa masa y trozos de hueso. Un trozo de proyectil siguió su curso saliendo por delante. Otro trozo fue a dar al parabrisas del coche por la parte interna. El resto de la bala se desintegró en trozos muy pequeños algo difícil de explicar que ocurra con un proyectil de camisa de cobre del Carcano.

Foto de autopsia de Kennedy: se observa el orificio de entrada de la bala por la parte trasera de la cabeza.  Después la bala se desintegró en gran medida pudiendo verse trozos de bala por todas partes del interior del cráneo. Un trozo siguió la trayectoria inicial del proyectil saliendo por el frontal y otro trozo fue a impactar con el crista del parabrisas del coche por la parte interna.
Bala de la cabeza se desintegra:
Otro inconveniente al que se enfrentó la Comisión Warren es que la bala que le dio a Kennedy en la cabeza y le reventó una cuarta parte del cerebro, se desintegró. Las radiografías mostraron esquirlas de la bala por todas partes internas del cráneo del presidente. Una de esas esquirlas salió contra el parabrisas delantero y produjo un impacto aunque no lo atravesó.

La bala anterior le dio en la espalda y salió por la garganta. Impactó después en el hombro derecho del Gobernador de Texas, Connally, rompió una costilla, salió por su pecho y le rompió la muñeca del brazo izquierdo. De ahí fue al muslo donde se incrustó. Al mover al Gobernador a una camilla posteriormente, la bala se cayó allí y la recogieron. Estaba prácticamente intacta.

La bala recuperada era típica del rifle Carcano, recubierta de cobre y con punta redondeada. Fue muy empleada en la Primera Guerra Mundial e incluso algo en la Segunda. Se sabe que atravesaba cuerpos e incluso más de uno, sin grandes deformaciones.

Pero la que impactó en el cráneo del Presidente se desintegró. Ello hace pensar a los expertos que esa bala no podía ser como la anterior que le entró por la espalda, que tenía que ser una bala especial preparada para fragmentarse. La anterior que entró por la espalda y salió por la garganta, le rompió después una costilla a Connally así como huesos de la muñeca y no se deformó apenas. No hay motivo para que se desintegre en la cabeza de Kennedy.

Se recogieron al menos 35 trocitos de metal de bala del tamaño de un milímetro y 2 trozos de unos seis milímetros. Muchos otros trozitos debieron ser expulsados al exterior, a la calle. Los normal de una bala de rifle Carcano blindada con cobre es que penetre un cráneo y salga intacta. 

Ello lleva a opinar a muchos que al menos el balazo a la cabeza fue disparado por otro tirador. No hay una explicación lógica de otro modo para la fragmentación de la bala. Un trozo siguió la trayectoria de entrada y salió por el frente del cráneo, otro trozo impactó en el parabrisas y el resto se desintegró. No está claro explicar como puede hacer tal cosa una bala de Carcano de camisa de cobre de punta redonda. 

No quiero decir que se empleara una bala rara o muy especial. Podía ser otra similar a las usadas en el Carcano pero con el blindaje de bronce "trabajado" para que una vez impactada en el objetivo, se rompiera en trozos. 


El alma de asesino de Oswald:
El escritor norteamericano Norman Mailer escribió una especie de biografía de Oswald titulada “Oswald´s Tale: an american mystery” en 1995. Mailer expone que no se trata de averiguar si Oswald tenía la habilidad para conseguir dos blancos con tres disparos desde más de cien metros de distancia y disparando en oblicuo con un viejo rifle sobre un coche en movimiento, sino que la pregunta debería ser si en ese hombre anidaba un alma de asesino. Y Mailer se responde que sí, que la tenía, que era un comunista frustrado y que se había convertido en un nihilista ansioso por pasar a la Historia. Se le presentó la oportunidad de disparar sobre el Presidente de EE.UU. que pasaba bajo su ventana y lo hizo con éxito.

En mi opinión, el preguntarse sobre la habilidad de Oswald para obtener dos blancos en esas condiciones también es pertinente. La prueba es que hasta la propia Comisión Warren, acérrima defensora del tirador único, se planteó la duda y realizó una reconstrucción con tres tiradores de élite.

Precisamente la principal duda viene de lo difícil que es lograr dos blancos con ese rifle y esa mira en tan poco tiempo y que una bala que acierta en la cabeza del Presidente se desintegre casi totalmente cuando la que atravesó dos cuerpos, la segunda, salió intacta.

Porque uno puede tener un alma de asesino total pero no tener las herramientas ni la habilidad para cometer un magnicidio. Es casi seguro que Oswald disparó contra el coche presidencial. El primer disparo que pegó en el asfalto casi con toda certeza que procedía de Oswald, rebotó e hirió en la mejila a un espectador. Es un disparo propio de alguien que dispara con un rifle poco preciso y que tiene una mira desviada, como se comprobó con los 18 intentos de la Comisión Warren.

Puede ser factible que Oswald disparase un segundo tiro y por suerte le diera al Presidente en la espalda, un poco más debajo de la nuca. Pero la sospecha viene por el tercer disparo que da casi en el centro de la cabeza de Kennedy, la revienta y se proyectil se desintegra. Induce a pensar razonablemente que es obra de un profesional dotado de un buen arma y una buena mira. Y que la bala ha sido preparada para que se fragmente, buscando reventar la cabeza y sobre todo, borrar rastros del arma con que ha sido disparada.

No estamos hablando de balas explosivas al uso diseñadas para hacer graves heridas, como las tipo dum-dum: esas tienen una punta que se fragmenta pero sobre una base sólida que se conserva. La que impactó en el cráneo del Presidente parece que se desintegró totalmente en cachitos, algo muy extraño en una bala de rifle con camisa de cobre, que como mucho suele abollarse. Es como si fuera una bala especialmente preparada y sobre todo con el objetivo ya dicho de que no se pudiera averiguar de que arma podía proceder.

O sea, Oswald podía tener el alma de asesino que decía Mailer y ponerse manos a la obra de pasar a la Historia. Pero al mismo tiempo, podía ser un necio manipulado por alguien para que mientras las miradas se dirigían a los disparos desde el Almacen de Libros, otro más profesional asegurase la muerte de Kennedy disparando desde otro sitio más adecuado y con un arma más perfecta.

Si Oswald hubiera sido un tirador de élite contrastado y se le hubiera intervenido un rifle semiautomático con trípode de apoyo y una buena mira telescópica bien ajustada, probablemente hubiera habido pocas dudas de que fue el único tirador que intervino. Pero las sospechas vienen de que tener alma de asesino puede no ser suficiente sin la correspondiente habilidad y los medios necesarios.


Conclusión:
Son muchos puntos oscuros los que rodean este tema. Las posibilidades más lógicas son:

- Oswald disparó el primer tiro y otro u otros tiradores alcanzaron a Kennedy en la espalda y la cabeza. Podrían haber disparado desde el edificio Dal-Tex, que pillaba más en línea con la ruta presidencial. Oswald disparaba algo oblicuo: su rifle estaba unos 18 grados desviado con la dirección del coche de Kennedy.

- Oswald tuvo mucha suerte, lo que yo llamo la Teoría del Churro: acertó dos blancos consecutivos con un rifle que no es de precisión y una mira patatera por puro churro, por pura chiripa. Y no todas las balas que empleaba eran iguales. La que le dio en la cabeza sería una bala especial. Ver Asesinato de Kennedy: Teoría del Churro





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7 comentarios :

Mendez dijo...

Interesante, ¿sabes si se han hecho más reconstrucciones del atentado?

Bucan dijo...

Mendez:
Se han hecho otras reconstrucciones años más tarde. Lo que sucede es que no con el mismo rifle de Oswald, al menos que se haya hecho público. Cuando en 1978 se reabrió la investigación en EE.UU. la policía se dispuso a reconstruir el suceso pero el rifle de Oswald que se había conservado, estaba inservible. No sé el motivo, pero cabe suponer que se oxidó y agarrotó el mecanismo de cerrojo. Las pruebas se realizaron con otro Carcano y otra mira telescópica, pero claro, ya no es lo mismo. El rifle que compró Oswald tenía 23 años, la munición empleada unos 20 años y la mira no estaba bien ajustada según las pruebas citadas antes de la Comisión Warren.

Unos italianos, en la fábrica Carcano, estimaron que no se podían hacer tres disparos con dos blancos en menos de 19 segundos, mucho más de lo que supuestamente tardó Oswald. Y dijeron entre otras cosas que era posible que una bala de ese fusil atravesara el cuerpo de Kennedy y el de Connally si era disparada a unos sesenta metros. Pero la tercera bala que atravesó el cráneo de Kennedy rompiéndolo se desintegró. Eso sería imposible salvo que la distancia a la que fue disparada fuese mayor o se tratara de otro tipo de bala diferente a la que atravesó los dos cuerpos.

Anónimo dijo...

Hablando de azar, puede haberse dado otro tipo de casualidad. Un tirador profesional podía estar en Dal-Tex con su buen fusil y su bala especial fragmentaria con el encargo de volarle la cabeza al Presidente. Y mientras tanto da la casualidad de que Oswald, por su cuenta, decidió dispararle al presidente desde el almacén de libros. Es decir, se cruzan dos atentados sin que uno supiera de la existencia del otro.

Anónimo dijo...

Me sorprende el razonamiento de Mailer, como si saber si Oswald era capaz con ese fusil de hacer dos blancos seguidos en tan poco tiempo fuera un asunto menor, cuando es la clave del tema. Como será que hasta la propia Comisión Warren, forofa del tirador solitario, tuvo sus dudas. Y hay que fijarse en que las pruebas que se realizaron era con tiradores profesionales cualificados y los resultados, como se cuenta en el artículo, no fueron brillantes. No consta que Oswald fuera tal gran tirador porque estuvo en los marines pero fue destinado a la especialidad de radar.

Bucan dijo...

Probablemente Mailer quería centrarse en el aspecto psicológico sin entrar en el tema de la capacidad técnica para hacer dos blancos en tan poco tiempo sobre un objetivo en movimiento. Y además está en lo de la bala fragmentada.

Efectivamente no hay constancia de que Oswald fuera un gran tirador. Como se sabe, dejó los marines y se fue a la URSS, donde estuvo desde Octubre de 1959 hasta junio de 1962, más de dos años y medio. En principio la KGB lo tomó bajo su control para interrogarlo ya que había estado destinado en una base secreta de Japón como operador de radar. Desde allí operaban los aviones espía U2 que sobrevolaban suelo soviético. Probablemente les contaría lo que sabía sobre la operativa de dichos aviones.

Pasados unos meses, cuando la vaca ya no daba más leche, perdieron interés en él. Oswald gustaba de ser el centro de atención y eso lo llevó mal. Hizo un intento de suicidio que pareció más bien una puesta en escena, con un corte en las venas que fue superficial. Entonces los rusos lo enviaron a una fábrica de radios en Minsk para trabajar y le proporcionaros un apartamento individual donde colocaron micrófonos para controlarlo.

Conoció a Marina, con la que se casaría y se hizo socio de un club de caza. Compró un rifle. Se ve que le atraían las armas aunque a Marina le soltaba discursos pacifistas. Las opiniones recabadas posteriormente entre los miembros del club fueron de que lo consideraban un cazador muy malo que nunca acertaba. Saber esto es lo que aviva el debate de la sospecha aún más. Si era un tirador mediocre, ¿cómo pudo hacer dos blancos seguidos en esas condiciones difíciles y estresantes?.

Porque cuando los tiradores profesionales participan en las pruebas de reconstrucción no están sometidos al estrés de estar cometiendo un asesinato, de no dejar pistas, de tener que huir después para que no les pillen, etc, y es gente que practica casi a diario. Son gente entrenada que disparan cien o doscientos cartuchos diarios contra todo tipo de blancos. Pero usan armas de buena calidad.

Y ahí llega Oswald, con su porquería de rifle con la mira desajustada y supuestamente le endosa dos tiros al presidente de EE.UU. en unos segundos. Las sospechas de si eso es posible son inevitables.

Luis dijo...

Hablando de casualidades, Zapruder, el que filmó a la caravana presidencial y los disparos contra ella, era ruso blanco, exiliado de la URSS. Se movía en los círculos de rusos exiliados y residentes en Dallas, donde también se movía Oswald.

Zapruder tenía una empresa de confección de ropa y sus oficinas estaban en el edificio Dal-Tex, el que está al lado del Almacén de Libros donde trabajaba Oswald y desde donde disparó.

Jeanne Le Gon era socia de Zapruder en la empresa de confección y se casó en 1959 con otro ruso exiliado, un empresario del petróleo, George De Mohrenschildt.

En 1962, en el círculo de rusos exiliados, el matrimonio George De Mohrenschildt y Jeanne Le Gon hicieron amistad con Oswald, al que ayudaron algo. Ellos tenían dinero y Oswald andaba sin pasta.

Tanto Zapruder, como la que había sido su socia y su marido George De Mohrenschildt fueron interrogados por la Comisión Warren sin que se estableciera ninguna conexión en una conspiración con Oswald para el asesinato del Presidente.

PENSANDO MAL:
Ahora voy a pensar mal. Siempre me sorprendió lo completa de la filmación de Zapruder. Es lógico que grabase si le gustaba la cámara ya que tenía las oficinas en Dal-Tex y por allí pasaba la caravana presidencial. Pero empiezan a sonar tiros y allí sigue impertérrito grabando Zapruder. No es un cámara profesional de guerra ni de otro tipo. Le dan a Kennedy, después le vuelan la cabeza, y allí está Zapruder grabando sin inmutarse, sin salir pitando a protegerse de la balacera.

¿Sabía Zapruder que ese día iban a disparar contra la caravana presidencial?. ¿Pudo alojarse en el Dal-Tex un pistolero profesional que iba a acabar con Kennedy?.

Entre otras cosas, Zapruder ganó 150.000 dólares vendiendo los derechos de autor de la película del asesinato a la revista Life. Un fortunón en aquella época.

No me digáis que no es un buen guión de película al menos: mientras Oswald hace de necio disparando con su birrioso fusil, un profesional dispara dispara desde el Dal-Tex de al lado, mucho mejor situado para hacer blanco. Y Zapruder hace el agosto con su cámara en ristre dispuesto a que no se le escape el crimen.

Y si tenemos en cuenta que el hermano de George De Mohrenschildt era un directivo de la CIA, en la que entró cuando era la OSS en la Segunda Guerra Mundial, (fue el fundador de la radio Europa Libre), el círculo de casualidades se vuelve más interesante.


Bucan dijo...

Gracias Luis por la sustanciosa aportación. Sí que es casualidad todo eso que cuentas y como se movían todos en el círculo de exiliados rusos que habían huido del comunismo. Cabe suponer que dicho círculo estaría infiltrado por los servicios secretos rusos, americanos, cubanos, etc... A saber que se pudo guisar ahí.

Aparte de lo que te sorprende sobre Zapruder, a mí me llama la atención que no optara por grabar desde el propio edificio Dal-Tex donde tenía las oficinas. Desde una ventana del primer piso, por ejemplo, hubiera podido grabar a placer la caravana presidencial dando esa curva de más de noventa grados, donde tenía que reducir al máximo la velocidad y después podía seguir grabando a la caravana alejándose en línea recta calle abajo. Prefirió salir a la calle, con el gentío que había y el sol pegando sobre su cabeza.