La imagen anterior anuncia
un espectáculo bajo el nombre de Superputas al Ring. Al final ha resultados ser
un cartel condenado en Enero de 2014 por el Tribunal Supremo de España. La
propaganda fue realizada por una discoteca de Cataluña y el problema radicó en
que la joven que aparece en el cartel no tenía nada que ver con el espectáculo
ni había dado su consentimiento para que usaran su imagen en tal evento.
Parece ser que la joven de
la foto, que aparece aquí con el rostro cubierto para no difundirlo, se había
dejado fotografíar en el año 2007 mientras bailaba en esa discoteca. Pero se
quedó sorprendida cuando posteriormente vio su imagen en el anuncio de ese
espectáculo.
Decidió demandar a la
discoteca y los tribunales acabaron dándole la razón. El razonamiento del
tribunal de justicia se basó en que la empresa del espectáculo no pudo
acreditar de forma fehaciente que la mujer hubiera autorizado a salir en el
cartel. Y que el honor de dicha mujer se ponía públicamente en entredicho por
cuanto todos los que no hubieran visto el espectáculo, que no era pornográfico
ni tenía relación con la prostitución, sí que podían pensar que aquello consistía
en una lucha de fulanas en un ring o similar. Y que una de esas fulanas era la
joven cuya imagen aparecía en el anuncio.
La empresa alegó algo así
como que el término “superputas” no era siempre interpretado como relacionado
con la prostitución, que podía tener muchas acepciones según el contexto y
grupo social en que se usara. Pero la alegación fue rechazada por el Tribunal
Superior de Justicia al entender que en general el término de “superputa” tiene
una connotación negativa para la mujer a la que se llama así.
Total que la sentencia
condena a la empresa a pagar cinco mil euros a la joven demandante y a
distribuir tantos carteles como se emitieron en su día donde se ponga de
manifiesto que la chica de la imagen tiene relación con las “superputas del
ring”.
Realmente, si la discoteca
con contaba con la autorización de la joven para poner su imagen en el cartel
se pasó de frenada, más cuando el título era tan desvengozado. Parece tal la
osadía que cabría pensar en plan de bien intencionados que la discoteca entendió
que al dejarse fotografiar la joven no pondría impedimento para que su foto se
usara en un cartel. Incluso puede ser que ella no hubiera protestado si allí
anunciaran un baile de fin de año, por ejemplo. Pero poner su cara con el
letrero de “Superputas al Ring” era excesivo.
Esta guarrindonga que es colaboradora del blog, (la habréis visto en algunos memes los que leéis habitualmente ésta bitácora), dice que no hubiera tenido inconveniente en posar para el cartel aunque ella no hubiera subido a un ring para pegarse con otras tías. Dice que hace el amor y no la guerra.
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