Sobre la ley de cookies y el mito de la privacidad en
Internet habría que decir que es una estupidez. El empleo de cookies es
consustancial a la red de redes porque sin ellas sería prácticamente imposible
la navegación. Y no creo que nadie que use cookies maliciosas vaya a advertirlo
con un cartel como el que he puesto antes.
Tener que poner ventanas emergentes para avisar no deja de ser un incordio para la página web. Una web española por ejemplo que tenga que colocar ese cartel se encontrará en inferioridad de condiciones que las de otros países donde eso no es obligatorio. Las ventanas emergentes siempre producen rechazo en los internautas y muchos abandonan y se van a otras web.
El rollo de la privacidad:
De repente, todo el mundo se preocupa por la privacidad cuando durante años y años se vienen usando las tarjetas de crédito, por ejemplo, que dan todo tipo de datos personales a las empresas que las emiten. Saben donde compras, el qué, cuando, etc.... Por no hablar de los datos personales que se almacenan en los historiales clínicos de los hospitales o los datos fiscales que almacenan las administraciones públicas. O los teléfonos inteligentes que rastrean tu localización con GPS.
Sin contar que desde siempre, en las medianas y pequeñas
poblaciones, casi no existía vida privada porque lo que uno hacía era sabido y
comentado en todo el pueblo. E incluso en las grandes poblaciones, existen círculos
de amistades y conocidos que saben y divulgan los hábitos privados de cada
cual. O recordemos cuando no hace tanto las comunicaciones de teléfono eran a través de operadoras manuales que escuchaban todas las conversaciones que les daba la gana.
De repente, todo el mundo se preocupa por la privacidad cuando durante años y años se vienen usando las tarjetas de crédito, por ejemplo, que dan todo tipo de datos personales a las empresas que las emiten. Saben donde compras, el qué, cuando, etc.... Por no hablar de los datos personales que se almacenan en los historiales clínicos de los hospitales o los datos fiscales que almacenan las administraciones públicas. O los teléfonos inteligentes que rastrean tu localización con GPS.
Fariseísmo político con el mito de la privacidad:
El que algunos países hayan emitido leyes que obligan a las
web de Internet a advertir a los usuarios que si siguen navegando recibirán cookies
no es más que un fariseismo por parte de políticos que pretenden hacer ver que
se preocupan por la privacidad de la gente. O puede que tenga otro motivo más
perverso: complicar la navegación en la red.
Ahora abres una página web o blog y es fácil que te aparezca
por abajo o por arriba un letrero advirtiéndote de que si sigues navegando
tendrás inserción de cookies. O sea, una molestia más para el internauta. Y
encima, esos carteles de advertencia parece que no son legales totalmente. El
cartel debería aparecer al principio, antes de que se abra la página web, y el
internauta tendría que dar su aceptación ex profeso para poder seguir
navegando.
Dado que yo no conozco ninguna web que no inserte algún tipo
de cookies, aunque sólo sean las imprescindibles para la navegación o para
estadísticas de visitas, esa ley de Cookies parece hecha para fastidiar sin más.
Los que usen cookies maliciosas no se verán impedidos de
hacerlo por poner ese letrero. Y la mayoría que no emplean tales maliciosas, sólo
tendrán un inconveniente más a añadir en su web. Porque todos esos añadidos de ventanas
emergentes advirtiendo de algo que es evidente, que se emplean cookies, sólo sirven
para asustar a algunos internautas y para ralentizar las cargas de los sitios: obstáculos
a la navegación en Internet en perjuicio de empresas, blogueros e internautas en general.
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