La mujer divorciada que es insaciable en lo económico y quiere más dinero es Sue Ann, separada del multimillonario norteamericano Harold Hamm. Ella le ha devuelto un cheque por importe de más de novecientos millones de dólares, cuya imagen puede verse más tarde en éste artículo. Sue quiere 3.400 millones de euros.
La demanda de divorcio de Sue se basa en dos aspectos: uno es que ha denunciado a su marido por infidelidad y otro es que la fortuna de él está valorada en más de quince mil millones de dólares por lo que considera que le corresponde a ella por lo menos el 25% de la misma.
Se da la peculiaridad de que Harold había estado casado antes con otra mujer que también se divorció de él porque le pilló con su amante y esa amante era la actual esposa, Sue Ann.
La fortuna de Harold procede de la explotación del petróleo en Dakota del Norte. Antes no era rico y Sue alega también que por ello ella tiene derecho a tanto dinero, que la empresa petrolífera se constituyó cuando ella estaba ya casada con el ahora multimillonario. Pero él se defiende diciendo que no es cierto, que la empresa ya funcionaba cuando ese matrimonio se produjo.
Cabe suponer que Sue está bien aconsejada por abogados (ella misma es abogado y economista) y espera conseguir esos más de tres mil millones de euros porque hay que tener mucha sangre fría para rechazar más de novecientos millones que ya tenía en mano sin más molestias. En la imagen siguiente vemos una copia del cheque remitido a la mujer por valor de más de novecientos millones de dólares, en una cuenta de Morgan Staley y que ella devolvió a su marido:
Porque el asunto tiene su riesgo. La empresa petrolífera de Harold depende del fracking del petróleo, que es de explotación cara. Podría decirse que para sacar 60 dólares hay que gastar 40.
Aquí vemos al matrimonio formado por Harold y Sue que ahora ha hecho aguas.
El precio del barril del petróleo en Enero de 2015 cayó hasta los cincuenta dólares desde cien a que estaba un mes antes. Ello implica que el beneficio que deja una explotación por fracking baje mucho o incluso no sea rentable. Y ello conduce a su vez a que las empresas de fracking pierdan mucho valor de cotización.
Es pérdida de cotización puede conducir a que la empresa se Harold valga menos y las posibilidades de ella de lograr su cuantiosa demanda se venga abajo.
Hasta la fecha el divorcio más caro fue el del multimillonario ruso Rybolovle, que tuvo que pagar unos 2.500 millones de dólares a su ex esposa.
0 comentarios :
Publicar un comentario