John D. ROCKEFELLER, el fundador de la Standard Oil, llegó a monopolizar el refinado del petróleo y distribución de gasolinas en EEUU, fue el primer mil-millonario en dólares y amasó una fortuna equiparable a la de CARNEGIE (el de la U.S. STEEL, sobre el que ya hemos hablado en otra entrada anterior) e incluso hay quien la considera superior. En una ocasión en que estaba jugando al golf, golpeó la pelota y ésta cayó entre unos arbustos. Comenzó a buscarla hasta que el caddie que le acompañaba le indicó que lo normal de otros jugadores era buscarla uno o dos minutos y después, cogían una pelota nueva, la dropaban en la calle y seguían jugando. Rockefeller exclamó: "Será que tienen muchísimo dinero, deben de ser muy ricos". Y siguió buscando hasta que encontró la pelota.
Probablemente es lo que algún observador extranjero diría de los españoles al ver como consienten que muchos políticos hagan grandes derroches con el dinero público: "es que los españoles deben de ser muy ricos". Riquísimos deben de ser, porque lo que se derrocha es algo más que una o unas pelotas de golf.
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