La letra del contrato está para ser leída. Según ha publicado El Economista si en una demanda por estafa contra una empresa o persona alegas que has firmado un contrado sin haberlo leído, tu demanda es nula, según sentencia del Tribunal Supremo de 30 de marzo de 2010.
La sentencia tiene su lógica, porque se basa en que si alegas que no has leído la letra del contrato, es que eres poco diligente y a ver como puedes decir que te han estafado: reconoces no haber leído lo que contrataste.
Pero también es cierto que lo que te cuentan a veces los vendedores no es lo mismo que pone el contrato. Y el contrato suele ser en muchos casos farragoso. Por no hablar de la conocida como letra pequeña de los contratos.
De repente, te saltan que en el punto 189 de los 216 puntos que hay en letra pequeña, ponía tal cosa o tal otra, y como consecuencia tienes que pagar o tragarte un producto que no es lo que tú pensabas o que es defectuoso.
Lo que se debería hacer en pro de la transparencia es, para empezar, acabar con la letra pequeña en los contratos. A éste respecto, cabe destacar que Brasil, en 2008, dictó una disposición para que los contratos de las empresas de servicios no pudieran poner letra pequeña y usaran como mínimo una tipografía de tamaño 12, que es la más estándar.
Es engañoso un contrato donde con tipografía de gran tamaño viene la parte incitadora de la venta del producto, que es la que recitan los vendedores y en letra pequeña viene la sustancia del tema, donde la empresa vendedora del servicio se asegura tener la sartén por el mango.
Lo mismo sucede en los carteles publicitarios de productos o servicios. Contrate o compre tal cosa por un chollo de precio y cuando vas con la lupa al fondo de cartel, en letra pequeña, te aclaran que el chollo es por un mes, o que es hasta que se agoten existencias, o que está ligado a que adquieras otros productos. De esto saben latin las entidades financieras.
En España, un hecho conocido por muchos es el de la venta de participaciones preferentes por algunas Cajas a muchos clientes en ventanilla que sin leerse detenidamente la letra pequeña, no saben que están adquiriendo valores que pueden convertirse en deuda perpetúa que sólo pueden venderse en un mercado secundario poco ágil y poco líquido. Pero no asustemos a los compradores de preferentes. NO ASUSTAR A LOS HEROES COMPRADORES DE PREFERENTES
Me gustaría aclarar que mucha gente piensa que ésta selva de contratos confusos, de contratos timo y de contratos equívocos, es consecuencia del liberalismo de los mercados bajo el lema de que todo vale. Nada más incierto. El liberalismo propugna la transparencia total y los contratos farragosos y los contratos de letra pequeña, no son nada liberales. EL LIBERALISMO NO ES CORRUPCION. Si algo identifica al liberalismo, es la lucha contra la corrupción.
5 comentarios :
No se que tipo de contrato sería el de la sentencia, porque hay algunos que aunque los leas cien veces no te enteras, aunque firmalo, si no te enteras, tampoco es diligente.
Debería existir una legislación al respecto para que, en caso de contratos farragosos, se admitieran las demandas, en esa legislación se debería contemplar que tipo de persona suscribe el contrato. No es lo mismo un adulto con cultura media que un ancianito con déficits cognitivos.
De todas formas, en España las leyes son las primeras redactadas de put@ pena, y se prestan a interpretación. Otras, directamente ni se cumplen..
Bucan España es una puta mierda que le vamos a hacer, te aconsejo que te hagas ciudadano euskaldun. Aquí en Euskadi nos dan asco los toros y España por lo menos a la mitad de la población.
Vete de España y vente a Euskadi mejorarás como ciudadano.
Saludotes.
Perro, yo soy vasco pero no nacionalista. Tu eres el que usa una terminal de Brigdestone, desde Suiza, para dedicarte a insultar en los blogs. Je, je. Estás más localizado de lo que te crees.
La judicatura apoyando a los grandes timadores.
No es de recibo que tengas que ser abogado para firmar un contrato, pues en muchos de ellos las clausulas se refieren a reales decretos, leyes, disposiciones autonómicas, etc.
Y no se puede negociar. O aceptas o te quedas sin móvil, sin suministro de gas, de electricidad, etc.
Eso por no hablar de los supuestos dos años de garantía del producto. Eso sí es el timo de la estampita y legalizado.
Perro judío, yo también soy vasco y me gustan los toros, como al difunto Jon Idígoras, por ejemplo.
Lo que no me gustan son las personas de cerebro casi nulo, y de esas también hay muchas en nuestra región, ¿verdad?
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