La ventas de productos en las tiendas y los olores están relacionados. Y existe lo que podríamos llamar el marketing de la nariz. O sea, que el olfato ha de ser tenido en cuenta en los negocios literalmente si se quiere ganar dinero. Los olores sencillos y naturales, tal como el olor a naranja, favorecen más que los olores más complejos. El olor a menta, es estimulante.
El cerebro humano procesa mejor los olores más simples y así está más liberado para concentrarse en comprar. Es una conclusión de una investigación llevada a cabo en la Universidad de Negocios de Washington.
El cerebro humano procesa mejor los olores más simples y así está más liberado para concentrarse en comprar. Es una conclusión de una investigación llevada a cabo en la Universidad de Negocios de Washington.
Como apunté antes, existe desde hace tiempo lo que se conoce como marketing olfativo. Es una técnica experimental que trata de orientar al consumidor hacia un determinado producto por su olor o a aumentar la ventas en las tiendas. Un detergente de lavadora puede hacer con su olor que la gente lo compre por eso. O con un olor a chocolate en una tienda de móviles puede inducirse a los clientes a que los compren.
El olor es una sensación muy primitiva y está ligado a la memoria y a la parte emocional del cerebro. Por ello ha de ser manejada con cuidado para no provocar reacciones negativas. Naturalmente, lo más básico es hacer desaparecer malos olores. Si un supermercado huele a cloaca no animará mucho a la compra.
La fase siguiente a que no haya olores fétidos, sería que el olor ambiental sea agradable. Aquí es donde cada centro comercial o tienda ha de experimentar para encontrar que olor es el más conveniente para sus productos.
Se estima que los humanos hemos perdido capacidad olfativa como pago por el desarrollo de la inteligencia. Si tenemos unos siete millones de células olfativas en la nariz, los perros tienen doscientos millones, redondeando. El almacenamiento de tanta información olfativa como tiene un perro no hubiera dejado sitio en el cerebro, por así decirlo, para otros desarrollos.
Pero a pesar de esa pérdida de olfato, es un sentido que sigue siendo muy importante a nivel instintivo. Los olores actúan a nivel subconsciente y bien utilizados en los negocios pueden ser muy provechosos.
La fase siguiente a que no haya olores fétidos, sería que el olor ambiental sea agradable. Aquí es donde cada centro comercial o tienda ha de experimentar para encontrar que olor es el más conveniente para sus productos.
Se estima que los humanos hemos perdido capacidad olfativa como pago por el desarrollo de la inteligencia. Si tenemos unos siete millones de células olfativas en la nariz, los perros tienen doscientos millones, redondeando. El almacenamiento de tanta información olfativa como tiene un perro no hubiera dejado sitio en el cerebro, por así decirlo, para otros desarrollos.
Pero a pesar de esa pérdida de olfato, es un sentido que sigue siendo muy importante a nivel instintivo. Los olores actúan a nivel subconsciente y bien utilizados en los negocios pueden ser muy provechosos.
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