Una mayoría de hombres mean
en los fregaderos y lavabos cuando los tienen a mano y nadie les ve. Salvo los bajitos que
no lleguen bien, el lavabo parece hecho para que el género másculino mee
dentro. Es más difícil que uno orine mojando el suelo o salpicando el
pantalón o los zapatos. Y hasta puede lavarse con agua del grifo la minga después
de haber acabado. Forma parte de la sociología masculina.
Todo son ventajas lo de
orinar en lavabos, aunque no sea demasiado correcto. Lo cierto es que tampoco
es algo extremadamente guarro. La orina en sí no es contaminante salvo en casos
muy especiales de alguna enfermedad. Las romanas del Imperio Romano bebían
orina de esclavos porque pensaban que era bueno para su belleza. Y parece que
algún fundamento tenía esa costumbre. Como lo de orinar en las manos, que hacían los hombres del campo para suavizar la piel áspera de usar azadas y otros utensilios.
Orinoterapia:
Actualmente hay seguidores
de lo que se conoce como orinoterapia, que consiste en beber la propia orina de
uno. La urea y la acidez de la meada hacen que tenga propiedades
antibacterianas, como se ha comprobado en laboratorios. Aunque parece que el
peligro es que tenga exceso de sodio, que sería malo pues sube la tensión arterial.
Los seguidores de dicha práctica procuran seguir una dieta que no produzca
muchas sales al orinar.
Despedido por orinar en el
fregadero:
O sea, que mear en lavabos o
beber orina, en general, parece inofensivo. Otra cosa es que no esté bien visto
en público. Pero cuando las ganas aprietan, cualquier lugar es bueno. Veamos
ahora el caso sucedido en Febrero de 2014 en Virginia, cuando un gerente de un
restaurant fue grabado meando en el fregadero de la cocina. Fue despedido al
hacerse pública la grabación.
El hombre estaba El hombre
estaba haciendo las cuentas del día frente a un ordenador y de repente sintió
ganas de micionar. Como el fregadero estaba al lado, fue allí y meó. Después
hizo correr el agua por la pila y volvió a su ordenador.
¿Excesivo el despido?
Desde luego, no parece
correcto que los empleados de un restaurante meen en los fregaderos, pero quizás
es un poco excesivo que le despidan por ello. Otra cosa es que hubiera orinado
en una olla o que hubiera defecado en la cocina. Eso ya sería más contaminante.
De vez en cuando pillan a algún trabajador de cocina meando en una sopera o una sarten pero a mala leche, por venganza por alguna bronca que le han echado o por puro gamberrismo. Pero no parece que en este caso del gerente sea con mala fe. El hombre no quiso perder tiempo en ir hasta los urinarios y lo meó en el fregadero que estaba al lado para poder seguir con su trabajo contable. En fin, que me parece que el despido fue algo excesivo. ¿A tí que te parece?.
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