Veamos a modo de consejos unos trucos para ahorrar mezquinos. En
realidad ahorrar es bueno, no es conveniente gastar más de lo que uno gana y
siempre conviene guardar algo. O sea, despilfarrar no es conveniente. Lo que
sucede es que más allá de un límite de tacañería puede pensarse que uno entra
en el campo de lo miserable.
Es sabido que J. Paul Getty, que en los años 1960 era el hombre más rico
del mundo y tenía una mansión imponente, ordenó instalar en ella cabinas de teléfonos
públicos. El que quisiera llamar desde su casa tendría que meter monedas. Y
Kamprad, el sueco fundador de Ikea, una gran fortuna, usa un coche que se cae
de viejo y viaja en clase turista.
Tacañones no arruinados
O sea, el afán ahorrador en plan tacañón forma parte de la psicología de
algunas personas. Son los casos que trataremos aquí. No lo hacen porque estén
arruinados y tengan que recurrir a sobrevivir prescindiendo de muchas cosas,
sino porque forma parte de su carácter.
Hay algunos que sin tener apuros económicos, cuando salen de la oficina,
en vez de ir a casa, echan alguna hora mendigando en la calle. Encuentran gran
satisfación en conseguir dinero por la jeta. No se paran a pensar que se están
burlando de la gente que les da monedas y están perjudicando a los vagabundos
que sí necesitan limosnear.
Trucos de siempre
Un truco para pasar la ITV cuando se tienen los neumáticos muy gastados
es cambiarlos con unos que estén bien del coche de un amigo o familiar. Después
de pasar la inspección técnica de vehículos, vuelven a hacer el cambio.
Rellenar botellas de vino caro con vino barato para servir a los
invitados presumiendo sin gastar es algo muy usado. Más jeta aún es comprar
vino bueno, sacarlo de la botella y rellenar con vino malísimo para ir a
devolverlo diciendo que estaba picado.
Es típico en Navidad que haya gente que compra ropa en los grandes
almacenes para acudir con ella a saraos festivos ocultando las etiquetas que no
han quitado. Después de acabadas las fiestas, devuelven la ropa diciendo que
fue un regalo y que no les gusta. A la larga va en detrimento de la gente más
honrada que sí ha de devolver alguna prensa porque no le vale y se encuentra
con que los comercios se vuelven muy suspicaces pensando que todos les quieren
regresar ropa usada y sudada.
Casos de ahorro límite o estrafalario
Hay quien exprime los tubos de pasta dentrífica apretando con unas
alicates hasta que expulsa la última gota de contenido. Pero los casos que se
muestran aquí, relatados por Discovery Chanel, van mucho más allá de esto.
Algunos rayan en lo patológico y parece que deberían ser casos de
psiquiatra. Como el de la madre que recoge cadáveres de animales muertos en los
arcenes de las carreteras y con los restos construye muñecos para que jueguen
sus hijos.
Hoy día hay juguetes simples muy baratos o incluso los hay desechados en
los cubos de basura, como para que haya que recurrir a algo tan truculento como
recoger cadáveres de gatos y perros para hacer muñecos.
Veamos otros casos de ahorro mezquino recordando que estamos hablando de gente que no es necesitada, incluso alguno es millonario:
Mientras tanto:
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