Para Umberto Eco el drama de Internet es que las redes sociales han dado lugar a la invasión de los imbéciles. Para el escritor los necios que antes hablaban tomando cervezas en el bar diciendo nimiedades han pasado a decir sus nimiedades en Twitter, Facebook, etc.
Considera que la gran diferencia es que los estúpidos que decían sus chorradas en los bares apenas dañaban a la colectividad, lo que no sucede con Internet donde esas necedades se extienden hasta ser consideradas por otros necios mayores como verdades.
La televisión siempre se nutrió de personajes que hacían el papel de antiguo tonto del pueblo. Ello permitía que los espectadores se sintieran como seres superiores ante esos personajes estrambóticos. Para Eco la gravedad es que Internet ha convertido a esos "tontos del pueblo" en portadores de la verdad.
Podría decirse que si hace un siglo surgió lo que Ortega y Gasset llamaba la rebelión de las masas ahora Internet ha provocado la invasión de los estúpidos. Es evidente que la masa da lugar a lo vulgar. La masificación implica vulgarización.
Ya apuntaba el sociólogo Cipolla que en las sociedades en decadencia los necios se volvían más activos ante la pasividad de los demás.
De ello podría deducirse que las redes sociales con sus miles de comentarios nimios, son una muestra de la decadencia de la sociedad. Dada la facilidad con la que se puede escribir y difundir en esas redes, los "imbéciles" de Eco se manifiestan a tumba abierta.
Dado que la gente con más intelecto y conocimiento acaba abandonando esos foros donde abunda lo nimio, los estúpidos se adueñan del cotarro.
Del mismo modo que los programas de televisión que se hacen populares porque muestran al "tonto del pueblo", en las redes los "tontos del pueblo" se convierten en figuras a las que seguir.
Como decía alguien, no hay necio que no encuentre necios mayores que les sigan.
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