El problema de la medición del tiempo puede decirse que está resuelto. Pero hay dos procedimientos. El tradicional desde el siglo XVIII es tomar como referencia el giro de la Tierra sobre sí misma cada día. Tarda 24 horas y cada hora es de sesenta minutos y cada minuto tiene sesenta segundos. Lo que sucede es que el giro del planeta no es rigurosamente estable, con lo que un segundo no es realmente exacto. Otro procedimiento exacto de medir el tiempo es usar relojes atómicos que se basan en la vibración de átomos. Eso sí es exacto, pero hace que existan disparidades entre la medida tradicional y la del reloj atómico.
De vez en cuando se ha ido añadiendo un segundo cuando acaba un año para ajustar la medida tradicional con la del reloj atómico. En el último medio siglo se ha hecho dicho ajuste en veinticuatro ocasiones al menos. En la Oficina Internacional de Pesos y Medidas de París se encuentra el reloj atómico que mide cada segundo exactamente.
Puede parecer que un segundo al año de diferencia no es mucho, pero estamos en un mundo tecnológico que se sustenta en posicionamientos GPS y los buques y aviones se posicionan vía satélite. La hora de los sistemas informáticos ha de ser precisa y similar en todo el mundo. Desde este punto de vista, la hora del reloj atómica sería la ideal. Ya no necesitaría ajustes.
Pero si se tiene en cuenta solamente la hora del reloj atómico, el giro de la Tierra que no es exacto, se iría apartando de esa hora exacta. Es muy poco, sería una hora de diferencia en cinco siglos, pero existiría. No se podría decir que un día tiene 24 horas hablando con propiedad y exactitud (es que de hecho no es así).
Aunque hay reuniones a nivel internacional donde acuden expertos de muchos países, no se ha conseguido un acuerdo para optar por un sistema universal basado en el reloj atómico y de momento parece que se seguirá con cambio de un segundo de vez en cuando.
La Tierra da una vuelta alrededor de su eje cada 24 horas. Pero no es totalmente exacto, ya que pequeñas oscilaciones del eje de giro del planeta produce ligeros retrasos que pueden ser del orden de un segundo en un año. Como dato curioso, en la foto se hace notar que nosotros, sobre el planeta, arrastrado por el Sol en su giro alrededor del centro de la Galaxía, nos estamos moviendo a más de setecientos mil kilómetros por hora. No nos percatamos porque es una velocidad uniforme, sin aceleraciones ni frenazos, afortunadamente, porque si no, saldríamos disparados.
Cambio el 30 de Junio de 2012
El día 30 de Junio de 2012 se atrasan los relojes mundiales un segundo como compesación del desajuste de los últimos tres años y medio. Ello es debido a que el desfase por año es de unos 04.segundos.
MEDICIÓN DEL TIEMPO Y NAVEGACIÓN
Nota: La medición del tiempo tardó mucho en conseguirse. La navegación de altura de los buques era una temeridad al no disponer de relojes de cierta precisión. Se necesitaba un reloj que marcara fiablemente la hora desde que se salía de puerto. Cuando se alejaban de la costa, midiendo el momento en que el Sol estaba en su punto más alto, las doce del mediodía (cuando las sombras son más cortas) y viendo la diferencia en horas con las doce que marcaba el reloj con hora de puerto de partida, se podía saber las horas de diferencia y por tanto, posicionarse en longitud sobre el globo terráqueo (que da una vuelta sobre sí mismo cada 24 horas). Cuando Colón llegó a América, no existían relojes y no lo llevaba a bordo por tanto. Sin poder posicionarse en longitud (es decir, cuanto al Oeste había navegado) y además sin conocer de verdad el diámetro de La Tierra, su aventura era de alto riesgo. Si no llega a existir América y el Atlántico y el Pacífico hubieran sido un gran Océano, es improbable que hubiera podido llegar a ningún lado, pereciendo en el viaje. Calculaba lo que había avanzado por estima y pensaba que La Tierra era más pequeña de lo que en realidad era. De haber sabido la verdad y sin poder posicionarse, quizás no hubiera partido. O sí.
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4 comentarios :
Colón era un poco gilipollas, estuvo a punto de morirse de hambre en el mar, precisamente donde mas comida hay. ¿Nadie penso he llevar una caña de pescar?
Yo creo que tenían un par, porque meterse en esa cáscara de nuez, sin medios, rumbo a lo desconocido, tiene su mérito.
Por cierto, que las caravelas no escoraron, como ese moderno crucero que se hundió a 30 m de profundidad. Qué cosas ¿no?
Lo de la hora en cinco siglos y la mas que probable muerte de los descubridores de no existir "las indias", me a hecho reflexiknar, Bucan, mucho. MB.
Todas estas chorradas pseudocientifícas nos llevan a no saber donde estamos en realidad.
"Que si un verano muy frío", "Que si un invierno muy cálido"... ¡Joder!, que se han saltado las estaciones con sus experimentos de medio pelo.
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