Parece haber quedado
resuelto el enigma del hijo de Hitler. Un francés ya fallecido dijo ser el hijo del dictador
alemán y parece que aportó suficientes pruebas como para que muchos
investigadores lo crean. Todo se remontaría a la Primera Guerra Mundial, cuando
Hitler estaba sirviendo como soldado, en la zona francesa de Lille, ocupada por
los alemanes. El joven Hitler mantuvo un romance con una chica de la ciudad y de
resultas de ello, ella quedó embarazada, teniendo su hijo. Los alemanes se
fueron y ella se encontró que era repudiada por la población por haber tenido un hijo con un alemán.
La joven tuvo que
abandonar su residencia y el niño fue dado en adopción a otra familia. Pero el
joven Loret siempre supo quien era su madre y mantuvo una cierta relación con
ella. Poco antes de que la mujer falleciera en 1950, finalizada la II Guerra
Mundial, le reveló el secreto a su hijo, el cual ahora lo ha hecho público.
Loret contó además
alguna anécdota que le relató su madre de la relación. Al joven Hitler le
gustaba llevar a la chica francesa, Charlotte, a pasear por el campo. Y la
naturaleza parecía ir inspirando a Hitler que ya apuntaba maneras de su gusto
por la oratoria así como apuntaba también que estaba algo grillado. Por lo
visto, de repente, se ponía en pleno campo a lanzar un discurso como si
estuviera en una gran sala llena de gente. La joven francesa no entendía nada
de lo que Hitler vociferaba porque él hablaba en alemán y ella no lo dominaba.
Aquí puede verse a Hitler comiendo con algunos de sus oficiales. En las sobremesas solía soltar interminables peroratas sobre sus vivencias de juventud.
Es sabido que Hitler fue
conocido después, cuando se convirtió en líder del Partido Nacional Socialista
de los Trabajadores Alemanes (conocido como NAZI), se dedicó a la política y
más tarde se hizo dictador, por sus
incendiarios discursos así como su afición a largar rollos en las sobremesas a
sus invitados. Y esos largos rollos en forma de monólogos que soltaba a sus
resignados oyentes casi siempre versaban sobre su vida de soldado en la Primera
Guerra, o cuando era joven en Viena, o cuando empezó en la política o cuando
fue detenido y estuvo preso. Es decir, tenía una fijación con sus años de juventud.
De lo que hablaba en esas
peroratas privadas era de su romance con la joven francesa, o de cómo su
sobrina, con la que convivía y se estima que podría existir una relación, se
suicidó. Tampoco hablaba de que una de sus abuelas había quedado embarazada del
hijo de un banquero judío en cuya casa servía y por tanto hacía que Hitler
tuviera parte de sangre hebrea. Esto lo ocultó celosamente y propició la
persecución de los judios, en lo que parece un contrasentido. Pero es algo que
entraba dentro de la mentalidad contradictoria del dictador. Prohibió en
Alemania la exhibición de películas norteamericanas pero él era un aficionado
compulsivo a ellas, hasta el punto que casi cada día hacía que le proyectaran
en privado una.
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6 comentarios :
Pero oye, que este hombre falleció en 1985 y tú hablas de él en presente.
Algo serio le debió de ocurrir con los judíos a este sátrapa para hacer aquella masacre.
Puede ser cierta la historia que contaba esta persona. Hay muchas lagunas sobre la historia de Hitler.
Saludos
Leona, gracias por la correción. Ya lo cambié.
Zorrete, eso que apuntas va efectivamente en el sentido de indicar que Hitler sabía perfectamente la existencia de su hijo aunque no hablase de él.
Helio, hay que tener en cuenta que en aquellos tiempos una ola de antisemitismo recorría Europa. Hitler no lo inventó, sino que lo tomó como uno de sus mantras. Aunque quizás el hecho de que su abuela hubiera quedado embarazada de un judío y después hubiera sido expulsada de la casa de los judíos donde servía por ello, pudo alentar ese odio hacia ellos.
Supongo que ese no será el único hijo que dejó Hitler por ahí.
Es curiosa también la fijación con la raza aria, siendo el bajito y moreno. Tendría algún tipo de complejo..
Sorpresa tras otra. A veces pienso que la historia nunca estará totalmente escrita. Gracias, Bucan, ha sido un regalo.
Curioso... siempre pensé que Hitler era un poco... bueno, blandito :P
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